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La compasión y la bondad humana siempre prevalecen

Ante la crisis humanitaria vivida en Ucrania, aplaudimos las acciones de la comunidad mundial.

High angle view of child hands holding ukraine flag painted heart isolated on white background

Al ver que la situación humanitaria se deterioraba rápidamente, pensamos que la mejor manera de ayudar era dar refugio a una familia ucraniana.

Sebastian Orzechowski, hub de ISS en Varsovia

Más de lo que pueden expresar las palabras

Como muestra de agradecimiento, la madre regaló a Sebastian y su familia un pequeño portavelas hecho a mano. “Este hermoso regalo estará siempre con nosotros”, dice Sebastian.

“Para nosotros, es un símbolo de gratitud sincera que representa la ferviente fortaleza del pueblo ucraniano y la compasión del pueblo polaco al ayudar a nuestros amigos ucranianos”.

La historia de Sebastian no es la única y hay muchas más personas en situación de necesidad.

“Ya se trate de un donativo económico, de proporcionar comida y ropa, de trabajar como voluntario o de acoger a alguien en casa, animo a todo el mundo a que lo haga. Puede que no sea fácil, pero las grandes cosas nunca lo son”, concluye Sebastian.

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Nuestros corazones están con quienes corren peligro como consecuencia de la invasión de Ucrania. A raíz de la situación, ISS ha emprendido una serie de acciones encaminadas a ayudar a las personas afectadas por la horrible crisis humanitaria. Incrementamos constantemente nuestros esfuerzos a medida que se extiende la crisis.

También apoyamos las acciones voluntarias y desinteresadas de nuestros empleados. Sebastian Orzechowski, de las oficinas del hub de ISS en Varsovia, es solo uno de los muchos que ofrecen ayuda sobre el terreno.

Con la llegada a Polonia de más de 1,7 millones de ucranianos que intentan escapar del conflicto, Sebastian y su familia han acogido en su hogar a una madre y su hijo de 14 años huidos de Odesa.

“Al ver que la situación humanitaria se deterioraba rápidamente, pensamos que la mejor manera de ayudar era dar refugio a una familia ucraniana”, explica Sebastian.

Para llegar hasta Polonia, madre e hijo pasaron tres días aterradores viajando desde Odesa en un pequeño coche, en el que cargaron todo lo que pudieron meter en solo dos bolsas de la compra y una pequeña maleta de mano.

Para ayudar a la familia, Sebastian les proporcionó artículos básicos, como ropa, comida, champú y pasta de dientes.

Aunque están a salvo, todavía tienen muchos desafíos por delante. “Están en un país extranjero y dependen de la bondad de los demás, sin saber qué pasará después”, señala Sebastian. “Podemos ofrecerles un hogar, alimento e incluso abrazos, pero, lamentablemente, no podemos arreglar la situación”.