Domótica, aplicaciones industriales a través de sensores, sistemas de seguridad y de avisos... Todo ello para evolucionar hacia instalaciones cada vez más inteligentes que permitan mejorar el control y la gestión de un edificio. Pero, ¿qué ocurre si lo aplicamos en los servicios?
En su apuesta por la transformación digital y la puesta en marcha de soluciones cada vez más innovadoras, ISS ha trabajado en un proyecto de sensorización de las oficinas ubicadas en Madrid de una consultora internacional. El objetivo ha sido claro: conocer en mayor profundidad el uso de las instalaciones a través de la recopilación de datos y optimizar los servicios de limpieza.
Para ello, se ha implantado un proyecto de IoT compuesto por sensores y otras tecnologías software con escalabilidad, que ayudan a conectar personas y espacios de trabajo. Permitiendo, no solo conocer la utilización real de las instalaciones y la frecuencia de uso de las distintas áreas que las integran, sino también ofrecer una total trazabilidad del servicio gracias a la recogida de datos en tiempo real.
El impacto es también positivo para los usuarios de los espacios pues, gracias a los sensores, es posible medir la humedad, temperatura y calidad de aire e introducir los ajustes necesarios para asegurar el confort de las personas.
De esta manera, se ha podido optimizar el servicio de limpieza para cubrir mejor las necesidades del cliente y los usuarios de las oficinas ofreciendo, además, una mayor productividad y transparencia.
Este es solo uno de los ejemplos de sensorización que ISS ha llevado a cabo en España. Y es que, con sensores instalados en centros de cliente en los que presta sus servicios, y en sus propias oficinas de Madrid, ha podido ofrecer unos mejores servicios, adaptados al uso y comportamiento real en las instalaciones, siempre pensando en la mejora de la satisfacción del usuario. ¿El resultado? Una optimización del servicio de hasta el 25%.
La tecnología avanza y su aplicación es imparable. Sea cual sea el sector en el que se implante, es indudable que los beneficios que aporta permiten aumentar la calidad de los servicios, una mayor transparencia y también flexibilidad gracias a la posibilidad de tomar decisiones basadas en datos recogidos en tiempo real. Al fin y al cabo, se trata de ofrecer servicios cada vez más innovadores, inteligentes y sostenibles.