Las empresas trabajan para adaptarse a un paradigma laboral que sigue evolucionando, con unos modelos de negocio menos rígidos y una estrategia corporativa que incide, de forma creciente, en el bienestar del empleado. Los distintos servicios que conforman el workplace se orientan al diseño estratégico de los espacios de trabajo y se alzan como piezas clave para mejorar la experiencia de los usuarios y, en último término, aumentar la productividad.
¿Cuáles son las principales tendencias que definirán la configuración de los espacios de trabajo este 2023?
Apuesta por espacios de trabajo sostenibles
En un momento en que la sociedad en su conjunto está virando, progresivamente, hacia la adopción de actitudes y la realización de acciones que generen un ahorro y respeto por los recursos disponibles, las empresas también están tomando conciencia de la importancia de minimizar su impacto medioambiental y contribuir a la salud del planeta.
En la gestión de los espacios, el uso de soluciones inteligentes para reducir la generación de residuos o el aumento de la eficiencia energética se van a convertir en factores clave para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
No obstante, las compañías van a ir un paso más allá, ofreciendo a sus colaboradores programas de divulgación, acceso a expertos en sostenibilidad y máxima transparencia en los datos relativos al impacto de su actividad sobre el entorno. Así, se observa que los jóvenes profesionales valoran, cada vez más, trabajar en empresas que contribuyan al desarrollo sostenible, siendo este un factor que se erige como clave para la atracción y retención de talento.
Consolidación del trabajo híbrido
Los modelos de trabajo están evolucionando hacia jornadas cada vez más permeables, no necesariamente llevadas a cabo desde una oficina, y con mayor flexibilidad horaria. Existen, incluso, compañías en las que se está implementando la semana laboral de cuatro días, así como nuevas formas de distribuir el horario de trabajo.
En este contexto, se mantiene y afianza el modelo híbrido. El trabajo a distancia ha venido para quedarse, al favorecer aspectos como la conciliación, el bienestar y la productividad. La oficina seguirá siendo, sin embargo, un lugar relevante, en el que los empleados conectan y cultivan su relación con otras personas de la compañía, configurándose como un entorno en el cual afianzar la cultura de la organización. Ahora bien, enmarcada en esta nueva realidad, la oficina será un entorno flexible, colaborativo y adaptable a las distintas necesidades individuales.
Creación de espacios laborales que promuevan la salud y bienestar
El apoyo a la salud en los lugares de trabajo es otra de las tendencias destacadas de este año. Las compañías han asumido que deben crear entornos en los que se tenga en cuenta tanto la salud física como mental de sus equipos, acabando con todo tipo de estigmas y promoviendo unas instalaciones que permitan una estancia cómoda y agradable.
Además, las organizaciones comenzarán a ofrecer a sus colaboradores soluciones novedosas, como el fomento de una dieta sana y nutritiva, y reforzarán actividades de prevención, como la realización de chequeos y el acceso a seguros médicos, que favorezcan su salud y bienestar, aspectos ambos de suma influencia en la productividad de la compañía.
Más innovación para gestionar estos entornos
La monitorización y la recogida de datos en la gestión de las instalaciones corporativas se ha convertido en otra variable de suma importancia para las empresas, sobre todo porque les permite tomar decisiones y optimizar sus recursos. Por este motivo, la incorporación de la innovación y de las últimas herramientas tecnológicas se configura como otra de las tendencias relevantes en la definición de los espacios de trabajo, y va a seguir al alza a medida que el modelo híbrido sea más sólido.
Inclusión e integración de las distintas individualidades
Los espacios corporativos desempeñan un papel determinante en la adecuación y disposición del empleado en el marco de la organización. Así, las compañías tendrán cada vez más presente que sus oficinas se adapten a las distintas realidades de sus trabajadores, marcadas por factores como el género, la edad, la cultura o las capacidades. Luego, las organizaciones llevarán a cabo, de una forma cada vez más frecuente, una mayor adaptación de sus instalaciones, de manera que se respeten las singularidades de cada colectivo, a través de la incorporación de iniciativas novedosas, como los aseos de género neutro o el uso de luces o acústica regulables, entre otros elementos.
Todo apunta a que uno de los ejes transversales a todos estos aspectos es el cuidado del empleado y la mejora de la experiencia en los mismos, Por ello, es indudable que las compañías destinarán más esfuerzos y recursos para poner a las personas y sus necesidades en el centro, con el objetivo de atraerlas a la oficina y fomentar su adherencia a la cultura corporativa.
Y, en este sentido, Enrique Porras, gerente de Excelencia Operacional de Workplace en ISS España, señala que “el bienestar físico y emocional del empleado es un factor clave para la productividad de las compañías, de modo que las empresas van a dedicar sus esfuerzos en promover áreas de trabajo que se adecúen a estas realidades y respondan a las distintas necesidades, fomentando la colaboración, el modelo híbrido, espacios de concentración o dedicados a la desconexión, entre otros factores”.