Este cambio impacta, indudablemente, en las organizaciones de manera holística, influyendo en los espacios, la organización del trabajo, la cultura y el liderazgo, pero también en las necesidades y expectativas de las personas.
En este sentido, resulta clave conocer los retos a los que se enfrentan las empresas y profundizar en las cuestiones a abordar para una implementación óptima del trabajo híbrido. Así lo hace el estudio ‘Espacios de trabajo híbrido: liderazgo y gestión de personas’, realizado por Esade en colaboración con ISS España, con un análisis exhaustivo de las tendencias y desafíos de esta realidad más ‘líquida’, sobre los espacios de trabajo y sus dinámicas adyacentes.
Gestión de personas
Ante el replanteamiento de las prioridades y expectativas del mundo laboral, se ha generado una nueva relación entre espacios y personas; impulsada, a su vez, por las ventajas experimentadas por el modelo híbrido, en términos de flexibilidad y conciliación.
Sin embargo, conviene abordar el efecto que puede producir esta forma de trabajar en las relaciones dentro del equipo y en los resultados de la empresa. Y, según el mencionado estudio, la adaptación del estilo de liderazgo es uno de los elementos de mayor relevancia para una transición adecuada. Un liderazgo, centrado en la persona, que continúe impulsando la cohesión y la confianza, así como el cuidado emocional, con un seguimiento basado en la autonomía y la flexibilidad.
Espacios de trabajo físicos
Con el trabajo híbrido, los espacios físicos tal y como estaban concebidos para responder al modelo estrictamente presencial, no bastarán. Es necesario redefinir las oficinas para que respondan a la flexibilidad y eficiencia demandada, con áreas colaborativas que refuercen la motivación y productividad y con herramientas tecnológicas para favorecer la simultaneidad física y virtual, construyendo cercanía a pesar de la distancia.
Organización del trabajo
Otro aspecto esencial para optimizar el modelo de trabajo híbrido es la consolidación de una cultura y de una organización del trabajo adaptada a esta realidad. Se ha de identificar y definir este nuevo paradigma teniendo en cuenta que hay ciertas actividades que son más adecuadas para el entorno presencial y otras para el remoto.
De hecho, la oficina se configura como un espacio de inspiración, cocreación y relación entre compañeros, en detrimento de ser un lugar para realizar tareas individuales.
En definitiva, en el modelo de trabajo híbrido no solo ha supuesto una nueva realidad de la que las personas quieren formar parte, sino que también agrupa las ventajas de ambos sistemas, el presencial y el remoto. Pero, para una implantación óptima, será necesario adaptar espacios, procesos y actividades, en todas las fases del itinerario de los y las empleadas y con un nuevo estilo de liderazgo.
A través de estos y otros aspectos, el estudio ‘Espacios de trabajo híbrido: liderazgo y gestión de personas’ identifica tendencias, plantea desafíos y responde a ambos basándose en buenas prácticas de las empresas participantes. Accede al estudio completo.