En el momento álgido de la pandemia del COVID-19 en China, nuestro equipo de la Cadena de Suministro y Aprovisionamiento se enfrentó a un desafío único: Como garantizar que el personal de ISS en toda China, el primer país afectado por el COVID-19, tuviera el equipo de protección personal (EPP) correcto en un momento en que los EPP eran un producto extremadamente escaso. Y no se trataba solo de los EPP. La demanda pronto superó la oferta de desinfectantes para manos, desinfectantes de limpieza y otros suministros esenciales.
“No podíamos malgastar el tiempo ni los equipos”, explica Ana Guim, Directora de Aprovisionamiento. “Se requirió un esfuerzo masivo de todo el equipo para mantener abastecido a nuestro personal. Cuando llegaba un pedido, cualquiera que estuviera disponible se dirigía al almacén para prepararlo. Trabajamos hombro con hombro con el proveedor, reempacando los envíos para satisfacer las necesidades de cada instalación. Ante la escasez de productos, tuvimos que enviar la cantidad exacta de suministros que se requerían”.
Todos juntos en esta misión
El equipo de Ana trabajaba 18 horas al día. Asistían a reuniones en línea hasta la una o las dos de la madrugada, valorando las necesidades, hablando con los proveedores y organizando las entregas a las instalaciones locales de ISS por todo el país, y al día siguiente volvían a las siete de la mañana para revisar los avances.
La situación se agravó mucho más al ser China el primer país afectado por la pandemia. Nuestro equipo tenía experiencia acumulada por la epidemia del SARS ocurrida en 2003, lo que nos permitió implantar rápidamente las estructuras y procesos necesarios para hacer frente a la emergencia. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 alcanzaba un nivel que nadie había experimentado antes, de modo que la situación requería una gran cantidad de ingenio, por ejemplo, para encontrar productos químicos alternativos para la limpieza o nuevos proveedores de mascarillas.
“Se requirió mucho trabajo en equipo para obtener las aprobaciones correspondientes (leímos un gran número de manuales y lineamientos por la noche), pero a la vez teníamos una responsabilidad conjunta con nuestro personal y nuestros clientes, y teníamos que cumplir”, declara Ana. “Se respiraba una increíble sensación de camaradería. No solo en nuestro equipo, sino desde el resto de la organización y con nuestros colaboradores y clientes. Estábamos todos juntos en esta misión, haciendo todo lo que podíamos para que funcionara”.
Estos esfuerzos dieron sus frutos. A pesar de la situación, nadie en ISS fue a trabajar sin los EPP recomendados y ningún miembro del personal de ISS en China continental contrajo el coronavirus, un dato estadístico increíble dadas las circunstancias.